El talento no se compra, se nace con él. Y si hay un ejemplo brillante de esta verdad en la música popular paraguaya, es el inolvidable Dúo Pérez-Peralta.
En un mundo donde a veces parece que todo está en venta, la capacidad de crear música y poesía que toque el alma sigue siendo un don. No hay supermercados de creatividad ni estantes repletos de talento genuino. Ese tipo de riqueza, como bien sabían Rufino Pérez y Abdón Peralta, viene de otro lugar, quizás, como sugiere el artículo original, «asignado y designado por Dios aquí en la Tierra».
Raíces Cordilleranas: El Origen del Dúo
Nacidos en el corazón de la Cordillera, específicamente en Potrero Angelito (Tapiti), distrito de Itacurubí, estos dos músicos llevaban el paisaje paraguayo en la sangre.
- Abdón Peralta Burgos: Nacido el 18 de octubre de 1939, nos dejó el 18 de abril de 1989.
- Rufino Pérez Burgos: Vio la luz el 11 de septiembre de 1946 y partió el 23 de febrero de 1991.
Eran primos hermanos, unidos por la sangre (sus madres eran hermanas) y por una pasión compartida: escribir versos y poner música no solo a sus propias creaciones, sino también a las de amigos y poetas que cruzaron sus caminos.
Un Sonido Inconfundible: El Sello Pérez-Peralta
Aunque sus vidas fueron truncadas relativamente pronto, el legado que dejaron es inmenso. El Dúo Pérez-Peralta no solo interpretó música; crearon una manera distinta de sentir y vivir la música paraguaya. Sus canciones llevan el color de nuestros campos, pintadas con los sentimientos más puros del alma.
Introdujeron un estilo que caló hondo en el gusto popular. Lograron imponer un sello distintivo que muchos intentaron imitar después, pero nadie pudo replicar con la misma autenticidad. El éxito se midió no solo en aplausos, sino en las miles de copias de discos que sus seguidores compraban, llevando su música a cada rincón.
En sus inicios, contaron con el acompañamiento de jóvenes talentos que también dejaron su marca:
- Catalino Antonio Gill: Acordeón
- Menelio Peralta: Arpa
- Néstor Damián Girett: Bajo y voz
Una Anécdota Entre Amigos: Bromas y Giras (Marzo, 1969)
La vida del músico en gira está llena de historias. Néstor Damián Girett compartió una que pinta de cuerpo entero la camaradería (y las bromas pesadas) del grupo.
Regresaban de una larga gira por Argentina. Mientras esperaban la balsa para cruzar de vuelta a Paraguay, en el puerto de Itá Enramada, cada músico cuidaba sus pertenencias: valijas, uniformes y los regalos para la familia. Girett había dejado su bolso sobre su fiel contrabajo.
En un descuido, mientras charlaba, escuchó los gritos de Catalino Gill y Menelio Peralta: ¡Su bolso estaba flotando en el río Paraguay! «¡Nde bolso ogueraha la oláda!» (¡Tu bolso se lo lleva la corriente/oleaje!), le alertaron, no sin cierta picardía.
La desesperación fue inmediata. Girett tuvo que pedir a gritos que pararan la balsa. Por suerte, un canoero pudo rescatar el bolso con sus ropas y regalos.
¿El motivo de la broma? Según Girett, una pequeña «venganza». Antes de la última actuación en Laguna Pato (Chaco argentino), habían jugado al bojo (un juego de naipes) y él les había ganado, dejándolos «pelados». Como él mismo dijo, «Amopero lo dópe» (Les dejé sin nada a los dos).
Esta anécdota, lejos de empañar la historia, le añade un toque humano y cercano a la leyenda del Dúo Pérez-Peralta, demostrando que detrás de los grandes éxitos y los rigurosos ensayos, había también espacio para la vida cotidiana y las travesuras de compañeros de ruta.
Un Legado Imborrable
El Dúo Pérez-Peralta sigue siendo, sin lugar a dudas, uno de los pilares más importantes de nuestra música campestre y pueblerina. Su historia es inacabable porque su música sigue sonando, recordándonos la belleza de lo auténtico y el valor del talento que brota del corazón de nuestra tierra.
¿Qué recuerdos tienes del Dúo Pérez-Peralta? ¿Cuál es tu canción favorita? ¡Comparte tus pensamientos en los comentarios!